ANSIEDAD
Muchos de los que han sido purgados por la odisea abrumadora que se vive en esta tierra, extrañan la arepa y su gente, la calle y sus abrazos, los colores y su aire. En sus corazones que retumba como tambores por querer regresar un día no muy lejano. De volver a caminar sus playas y sentir su arena en los dedos.
Y quieren volver porque añoran el país que dejaron, por que han sido sacados a palos y piedras, han sido robados y en un momento de salvación corrieron y cruzaron fronteras.
¿Y los que acá estamos?
Ver miseria en los ojos de la gente. En pieles que se adhieren al hueso. Al hambre y el hurto. La necesidad que no se distingue entre viveza y sobre vivencia. Salir me resulta caótico. Siento que la cabeza me da vueltas y no reconozco nada de lo que queda acá.
Me resulta tan difícil, me debato tanto en lo que debo creer o no. En que si somos tan solidarios y chevere como decían. Que si somos el mejor país... o si lo fuimos.
Pensar que simplemente somos lo que somos porque así el sistema ha querido que seamos.
Extrañar un país viviendo en él.
Juro que vivo en el país de los nadie. Extrañando al país con sus luces tan iguales a las de las noches en el cielo. La tranquilidad de aquellos años. Mi gente no es la misma. Los rostros del hambre. Los dioses que fueron ya no están, han saqueado todo. Robaron mi futuro a la fuerza. La libertad que tuve. Las ganas de seguir se hace cuesta arriba.
La ansiedad y el desespero aprieta tan fuerte en el cuello. Las miles de voces gritando sin orden ¡Vete! ¡Huye! Y el corazón retumbando por el amor y la pasión ¡Quedate! ¡Mejor es estar en casa!
¿Quién acaso entiende al que es prisionero en esta casa con forma de urna? ¿A dónde observar cuándo el hambre del niño que llora está en cada rincón? ¿Hacia dónde corro cuándo el frio de la bala la siento en la nuca?
Vivir acá se hace más difícil para aquellos que nos ocupamos y preocupamos. Para los que aún queda una gota de ideas y pensamientos, de buenas costumbres. El aliento hace falta y la calle se hace cuesta arriba, un monstruo llamando, esperando a la caza. Es el que te derrumba y aprisiona.
El país que genera la ansiedad, la presión y el desespero. El país que extraño. El país de los extraños. De los que siguen en círculo arrastrándolos a una muerte anunciada, y no la muerte que imaginan, es otra, una peor. La del alma, la que ha sido adormecida.
Comentarios
Publicar un comentario