SR. TIEMPO
El Hombre enseña al nacido sus sonidos, expresiones y entonación de las palabras, las que se dibujan con los labios, y aquellas que nacen de los ojos, del alma y de sus manos, le enseña su estructura y forma. Advirtiéndole que su raza ha luchado durante siglos, muy antiguos, contra alguien que lo persigue donde quiera que vaya o se esconda, como su sombra, guardado en un rincón esperando su ansioso momento para devorarles, extinguir de ellos todo recuerdo. Intentando borrar por completo lo que llaman; Memoria.
Allí está, haciéndolo desde el comienzo. El Sr. Tiempo ha hecho desaparecer incontables líneas abarrotadas en libros y libros que se han paseado por los millones de años, por escritores y amantes de los infinitos mundos que existen en ellos. El Sr. Tiempo ha sabido disfrutar junto al Humano, las inmensas guerras, atrocidades y grandes hallazgos que se han alcanzado.
He allí el Hombre, con su pequeña memoria, corta y estrecha ha decidido por dejar todo plasmado. Luchando contra él mismo y contra este gran amigo y muchas veces odiado enemigo, que le rasguña los pies, le roba los recuerdos y le come la memoria. Poco a poco, dejándole un universo vacío en su tan querida cabeza, sin olvido, ni historia para contar siendo cierta o no, sin nada que encontrar para llevarse al mundo de aquellos que jamás volverán. Batallando y decidido a no rendirse, deja todo en rocas, en tierras y piedras, en cualquier lugar propicio para contar y dejar a aquellos que vendrán y se pasearán por estas tierras, dando conocimiento, haciéndolo tan duradero y viejo como el Sr. Tiempo.
Cuando se escribe, se saborea lo dulce y amargo, lo agrio y picante del mundo que se desea contar. Luchando contra el amigo que roba, sin querer, los recuerdos del ayer. Llevándoselos, viviendo de ellos, alimentándose de los mas maravillosos momentos, y que en nuestra memoria se quedan, vagando, envejeciendo con nosotros, sin fuerzas para levantarse ni vigor para quedarse. Muriendo. Queriendo escapar de aquel que le persigue.
El Sr. Tiempo, no se va: ha estado allí, viviendo de los recuerdos y nuestra historia. Terminamos vencidos por él, como cuando llegamos al mundo para aprender sus señas y lenguaje, para escribir y dejar plasmado, para intentar jamás olvidar, aunque sea inútil.
"Escribir fue de las primeras cosas que aprendí
y me alegra de haberlo logrado".
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