EL GRAN JEFE
Y observe que allí nadie hacia nada. Ninguno trabajaba, ni se pensaba en el futuro. Se había fomentado el sedentarismo , la apatía y el amor por lo ajeno. Sus Calles desoladas, tristes y vacías. Sus cielos grises adornaban esta ciudad, donde sus habitantes jugaban a estar bien. Y no eran atardeceres estrictamente opacos y oscuros, sucedía que aquella masa de gente vivía cabizbaja, les era imposible captar la belleza de las tardes, o la magia que transpiraba aquel lugar, habían perdido la visión real sobre todo, y es que sobre éstos recaía el miedo insignificante transformado en grandes rocas imposibles de derribar. Cual Sociedad Huérfana, arrastraban sus pies y sus brazos colgaban sin vida. Sus miradas tristes y llenas de engaño. El Padre había muerto hacía mucho, y con él toda las ideas y liderazgo. Aquel Hombre se presentó ante estos, como especie de Salvador, del Padre que les protegería de aquellos que abusaron en el pasado. Mostró amor, sinceridad y sensi...