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Mostrando entradas de septiembre, 2017

EL GRAN JEFE

Y observe que allí nadie hacia nada. Ninguno trabajaba, ni se pensaba en el futuro. Se había fomentado el  sedentarismo , la apatía y el amor por lo ajeno. Sus Calles desoladas, tristes y vacías. Sus cielos grises adornaban esta ciudad, donde sus habitantes jugaban a estar bien. Y no eran  atardeceres  estrictamente opacos y oscuros, sucedía que aquella masa de gente vivía cabizbaja, les era imposible captar la belleza de las tardes, o la magia que transpiraba aquel lugar, habían perdido la visión real sobre todo, y es que sobre éstos recaía el miedo insignificante transformado en grandes rocas imposibles de derribar. Cual Sociedad Huérfana, arrastraban sus pies y sus brazos colgaban sin vida. Sus miradas tristes y llenas de engaño. El Padre había muerto hacía mucho, y con él toda las ideas y liderazgo. Aquel Hombre se presentó ante estos, como especie de Salvador, del Padre que les protegería de aquellos que abusaron en el pasado. Mostró amor, sinceridad y  sensi...

Julio 27

¿Miedo? Terror... como una sombra la siento que se revuelca dentro de mi, la risa a carcajada que resuena a lo lejos. Desespero. ¡Ayuda ¡Ayuda! Sentirse atrapado en un terreno baldío que, pocos recuerdos llegan como si fuese aquello mentira, fue un gran país o así le llamaban. Vi miles como yo en tiempos pasados huyendo con pedazos de país a cuestas. Habían sido violados y robados, al igual que yo, que ando preso. Los barrotes de ésta cárcel son hechas de balas. En ella, mis pies se tintan de sangre de pequeños libertadores. Balas con nombres, fusilando su cabeza. En esta cárcel habemos millones. Ya no veo el reloj como antes. Siento que la aguja pesa y cae con fuerza, me roba el aire, me produce terror. Me quita la vida. Como ahogado, lanzo mis brazos intentando atrapar algún índice de Libertad, pero huye... Me la han robado. Tiempo que va en retroceso y me resta, me presiona el pecho y me empuja al abismo. ¿Qué hago? El barranco del domingo 30 no tiene fondo. A mi al...

ANSIEDAD

Muchos de los que han sido purgados por la odisea abrumadora que se vive en esta tierra, extrañan la arepa y su gente, la calle y sus abrazos,  los colores y su aire. En sus corazones que retumba como tambores por querer regresar un día no muy lejano. De volver a caminar sus playas y sentir su arena en los dedos. Y quieren volver porque añoran el país que dejaron, por que han sido sacados a palos y piedras, han sido robados y en un momento de salvación corrieron y cruzaron fronteras. ¿Y los que acá estamos?   Ver miseria en los ojos de la gente.  En pieles que se adhieren al hueso. Al hambre y el hurto. La necesidad que no se distingue entre viveza y sobre vivencia. Salir me resulta caótico. Siento que la cabeza me da vueltas y no reconozco nada de lo que queda acá. Me resulta tan difícil, me debato tanto en lo que debo creer o no. En que si somos tan solidarios y chevere como decían. Que si somos el mejor país... o si lo fuimos. Pensar que simplemente somos ...